Una, sale bañada y perfumada a la calle a enfrentar lo que le dicta la vida (o por lo menos perfumada) y se encuentra a una serie de gente con mal olor. Incluso en sus sonrisas.
Como quisiera oler inmensamente a flores para que el mundo se inpregne de mi aroma y me deje las fosas nazales en paz.
28 abril 2009, ile
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